Todos los que hemos tenido peces, sabemos que la introducción de un pez nuevo es un momento un poco especial. No siempre el pez nuevo es bien recibido por los peces que llevan más tiempo en el acuario. Hay varias explicaciones para ello, pero al parecer, según las conclusiones de una investigación publicada por Current Biology,  de entre todas ellas, existiría una motivación de tipo químico que no es demasiado conocida.

Parece ser  que la piel de los peces puede liberar sulfato de condroitina con olor a azúcar, y que esta puede alertar a los peces más próximos.

Para los peces el miedo huele a azúcar
El químico brebaje se localiza en la piel del pescado.

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la autora del estudio Suresh Jesuthasan, investigadora de la Universidad Nacional de Singapur. «No es que el pez cebra huela el miedo en sí –prosigue la experta–, si no que detecta los productos químicos que se liberan cuando existe un peligro extremo».

Mi reciente experiencia sobre el miedo de los peces:

Estoy criando algunos Nothobranchius rachovii, y hace poco probé a introducir uno de ellos en mi acuario comunitario para ver que problemas podrían surgir en el futuro si decido introducir algunos Notos más en él.

¿Saltan fuera del acuario?, ¿son agresivos?, ¿atacarán a mis crías de guppis?, ¿se alimentará bien?: Pese a que muchos killis lo hacen, estos parece que no saltan fuera del agua. La primera impresión es que en el acuario comunitario parecen comportarse con bastante timidez, y prefieren la zona del fondo. El principal problema de convivencia que he percibido hasta ahora, es que en el momento de la comida se deja quitar el alimento incluso por los peces más pequeños. Es un problema que me preocupa porque, a diferencia de la mayoría de los peces, estos killis tienen un metabolismo muy alto y necesitan comer bien todos los días. Eso unido al hecho de no aceptan pienso en escamas como el resto, le sitúa en clara desventaja.

La entrada en el acuario de N. brachovii atrajo la agresividad de los guppis hacia él. Me extrañó bastante. El guppy no es un pez agresivo ni tiene costumbre de depredar sobre otros peces de similar tamaño. No me pareció que se pudiera achacar estos a taques a otra cosa que a los llamativos colores de este N. brachovii y a la curiosidad que sintieran los guppis por ese nuevo tipo de pez. Ese comportamiento de ataque a un nuevo pez es muy habitual en los acuarios y muchas veces se intenta explicar en base al comportamiento de los peces que tienen miedo.

Está comprobado que cuando los peces están en pánico, nadan de otra forma que atrae la atención de otros compañeros de acuario que les ven como víctimas propicias. Las vibraciones que producen los peces al nadar se transmiten por el agua y se perciben con gran sensibilidad por el órgano de la línea lateral de los mismos. Un individuo herido, enfermo o estresado es percibido claramente como un pez débil por su forma de nada.

El caso, es que no siempre parece ser ese el factor decisivo. De hecho, el Nothobranchius que introduje no alteró su forma de nadar lo más mínimo, y pese a ello atrajo poderosamente la atención de muchos guppis que intentaron picotear su preciosa piel obligándole pasados unos minutos de acoso si se estresó y se escondió.  La situación se normalizó algunas horas más tarde. Puede que espectacular colorido de este pez jugara algún papel en estas reacciones, pero ahora gracias a este curioso artículo sabemos de la existencia de ese factor químico.

Reflexiones finales:

Ahora sabemos que los peces, al igual que los perros, también son capaces de oler el miedo. Me pregunto que papel podrá tener esto en el comportamiento de los distintos tipos de agresividad de los peces. Concretamente la agresividad entre machos de una misma especie debería tener mecanismos que sirvan para decidir el ganador sin llegar a causar importantes heridas a ninguno de los contendientes y la química también podría tener un papel importante en estos comportamientos sociales y territoriales de los peces.  En los apistogramas el desove de una pareja suele provocar el desove de otra con pocos días de diferencia. Lo que pretendo señalar es que hay muchas  interacciones químicas entre los peces que no conocemos. Me parece un campo de estudio por explorar que podría ayudar a conseguir el desove de especies consideradas difíciles de reproducir.