Blog de Acuariofilia, Biología y Medioambiente (Antonio Castro)

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El gran problema de la arrogancia del ser humano.

La Tierra es nuestra madre, nuestro hogar y nuestro alimento:

Destruyéndola demostramos ser el bicho más estúpido del planeta.

La arrogancia de creernos el bicho más inteligente del planeta. En muchas religiones el ser humano figura hecho a imagen y semejanza del creador de todas las cosas, y a diferencia del resto de las criaturas, posee un alma inmortatal. Esta creencia no nos ayuda a resolver nuestros peores problemas sino todo lo contrario.

Nos aleja de una realidad más preocupante de lo que nos gusta admitir. Nos ayuda a sentirnos excesivamente confiados y a subestimar la capacidad destructiva de nuestra propia estupidez.

He de reconocer que cada vez tengo menos fe en la capacidad del ser humano para resolver los problemas que él mismo se causa a sí mismo.

De todos ellos el que más me preocupa es el cambio climático porque no tenemos capacidad de revertirlo y porque existen varios factores de realimentación positiva sobre el calentamiento global que hará que incluso reduciendo la emisión de CO2 a cero (algo impensable) la temperatura del planeta continuará aumentando.

Mi esperanza estaba puesta en el agotamiento de los combustibles fósiles, pero la locura del ser humano no tiene límite y hemos pasado al siguiente nivel de estupidez que se llama Fracking.

No hemos aprendido nada de los fracasos de las grandes civilizaciones antiguas:

En la civilización moderna estamos siendo conducidos al desastre por una castaza política emborrachada con sus riquezas y su poder. Una castaza incapaz de planificar las consecuencias de sus actos más allá de 5 años vista. Una castaza que alimenta nuestras almas con basura para anular nuestra capacidad de razonar.

Lo que nos llena de orgullo es nuestra capacidad de crear civilizaciones altamente tecnológicas y productores de riquezas. Olvidamos un detalle. A lo largo de la historia universal son muchas las civilizaciones que consiguieron un enorme auge tecnológico y productivo.

Algunas de ellas son: China, India, Persa, Egipcia, Peruana, Mesopotamia, Hitita, Cretense, Europea, Hebrea, Fenicia, Asiria, Griega, Romana, Celta, Maya, Azteca, Inca, …

¿Donde están ahora? Nos ha llegado hasta nuestros días algunos de sus más fastuosos monumentos, como símbolo de su grandeza. De las siete maravillas del mundo antiguo (La Gran Pirámide de Guiza, los Jardines Colgantes de Babilonia, El Templo de Artemisa, La Estatua de Zeus en Olimpia, El Mausoleo de Halicarnaso, El Coloso de Rodas, El Faro de Alejandría) solo una, la gran pirámide de Guiza, ha sobrevivido hasta nuestros tiempos.

La Naturaleza no nos pertenece,  somos usufructuarios de la misma con obligación de conservar sus recursos para las generaciones futuras:

Jamás ha existido en la mentalidad de las grandes civilizaciones, otra noción que la de ser los reyes de la creación y la  de que la naturaleza era un regalo divino que nos pertenecía por expreso derecho de su creador.

El mundo ha conocido en tiempos pasados 5 grandes crisis de la biodiversidad, pero ahora en esta sexta gran crisis el factor determinante es el factor humano. Las causas son: la destrucción de ecosistemas para explotar sus recursos , la sobreexplotación de las especies, la contaminación, la introducción intencionada o accidental de especies invasoras en ecosistemas frágiles, y la puntilla está siendo el cambio climático, por calentamiento global y acidificación de los océanos.

Es un problema que va en aumento. La proporción de pérdida de especies es en la actualidad mayor que en cualquier época de la historia humana. Algunas estimaciones hablan incluso de una pérdida de hasta 200 especies al día perdidas para siempre.

El orgullo humano por su capacidad tecnológica:

Ninguna de las civilizaciones desaparecidas hizo suficiente énfasis en su sostenibilidad. Se obsesionaron con el crecimiento, la productividad y la tecnología.

La tecnología, al igual que el conocimiento, es esencialmente buena y estamos muy orgullosos de ella, pero su uso puede ser desastroso. La tecnología en manos de los poderes fácticos ha sido utilizada casi siempre para aumentar su propio poder.

Un ejemplo claro es Internet. Las revelaciones de Edward Snowden nos hace darnos cuenta de que determinados gobiernos están dedicando enormes esfuerzos tecnológicos y presupuestarios destinados  vigilar de forma masiva a los ciudadanos de todo el mundo.

Existe una fuerte asimetria en el uso de la tecnología por parte del poder  respecto a los ciudadanos. Los ciudadanos no hemos sido capaces en ninguna civilización de controlar mínimamente a la minoría más poderosa.

La nueva castaza política se ha convertido en experta de la manipulación de masas. Usan a su favor herramientas técnicas de captación de información para anticiparse a las respuestas ciudadanas, anulando en gran medida la eficacia estabilizadora de los sistemas democráticos.

 

El avance de la tecnología complica la toma de decisiones desde el poder.

 No todas las personas nos desarrollamos creciendo en la misma direccion. A unos les interesa el dinero, a otros les interesa la fama, a otros les interesa atesorar experiencias emocionales, a otros les interesa atesorar conocimientos. Alcanzar alguna de esas cumbres yo creo que comporta renunciar a las restantes.

Rara vez alcanzan el poder las personas que hacen del conocimiento su principal prioridad y rara vez alcanzan las más altas cotas del conocimiento aquellas que hace del poder su prioridad. Tomado en sentido amplio se podría decir que los grandes lobbys de poder son expertos en lo suyo. El tipo de conocimientos que de verdad dominan es aquel que les garantiza mantenerse en el poder.

Las palabras «cultura general» significan un area de conocimientos que difiere mucho entre un tipo de personas y otro.

Creo que fue José Bono, en el congreso de los diputados, el que apagó con agua un ordenador que empezó a echar humo sin siquiera desenchufarlo. 

A medida que el conocimiento humano avanza, este se parcela más y más y cada vez las personas dominamos un area cada vez menor del conocimiento global. Eso complica cada vez más la toma de decisiones. Hablamos de algo que no se puede medir, pero yo diría que la toma de decisiones se está complicando de una forma exponencial debido a la tecnología.

Me viene a la mente otra anécdota. El señor Rajoy confundió la climatología con la metereología al consultar a su primo metereólogo un asunto del cual probablemente apenas conozca.

Los políticos para tomar decisiones recurren al consejo de expertos, pero suelen confundir el tipo de expertos al que deben consultar cada tema, porque simplifican consultando a un reducido grupo de personas de confianza y generalmente recurren a personas cercanas al poder. Pero ello, las mismas suelen tener un conocimiento muy sesgado de realidad y generalmente condicionado por intereses económicos.

Los políticos son parte del problema, tienen tendencia a la arrogancia y a la falta de humildad:

En lugar de conocimientos lo que necesitan es sabiduría pero me parece que los más sabios se apartan del hedor de la política. Todos los conocimientos aportan en positivo, pero no todos aportan por igual. La principal cualidad que debe tener alguien que toma decisiones sería la de poder distinguir entra la información valiosa y la más valiosa. Sin eso da igual la cantidad de información irrelevante que acumulen.

Un sabio aprende incluso de un ignorante, el ignorante no aprende ni siquiera del sabio. La humildad es la clave. La carencia de humildad es lo que hace de la clase dirigente una clase torpe y arrogante.

En la medida en que la nueva clase poderosa ha adquirido más y más poder se ha vuelto cada vez más necia e imprudente. Es consustancial al poder.

Un futuro sombrío:

Nuestra civilización actual abarca a toda nuestra aldea global. Eso es así por efecto de las comunicaciones y pese a nuestra confianza en que nuestra civilización es demasiado grande como para desaparecer, lo cierto es que está entrando en una espiral de decadencia que tiene muy mala pinta.

No soy optimista, para mí todo esto de la progresiva dificultad para tomar decisiones forma parte de una macrotendencia muy difícil de revertir con las actuales estructuras económicas y políticas. La insostenibilidad de este sistema me parece evidente y está por ver que exista alguno suficientemente bueno como para aguantar el crecimiento tan brutal de la tecnología.

La tecnología en sí misma no es mala nunca, pero se puede usar mal. tenemos un atracón tecnológico que cada vez nos cuesta mas trabajo digerir.

Entre los aspectos más importantes que hemos descuidado está la del cuidado de nuestro propio planeta. A este ritmo lo habremos destruido mucho antes de poder dar el salto a otro planeta para empezar de nuevo.

Me temo que la generación de nuestros nietos lo va a pasar muy mal.

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1 comentario

  1. CARLOS VASQUEZ

    VERDADERAMENTE SÍ QUE ES MUY PREOCUPANTE LA DIRECCIÓN QUE ESTÁN TOMANDO LAS ACTIVIDADES HUMANAS Y EL POCO RESPETO AL AMBIENTE Y SOBRE TODO A LA MADRE TIERRA. PERO MUCHA CULPA LA TIENEN QUIENES SE SIENTEN DUEÑOS DEL PLANETA AL OPONERSE AL USO DE LA ENERGÍA ALTERNATIVA Y POR EL CONTRARIO SE AFERRAN AL USO DEL COMBUSTIBLE FÓSIL Y DEL MAL USO QUE LE DAMOS A LOS RECICLABLES… EXISTE MUY POCA CONCIENCIA AL MANEJO DE ESTOS RESTOS DE BASURA.

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