Blog de Acuariofilia, Biología y Medioambiente (Antonio Castro)

Blog sobre Acuariofilia, Biología, Medioambiente, Mundo animal, Maltrato Animal, Medioambiente, Biodiversidad, Cambio Climátido…

Contaminación de alimentos con insecticidas y otros productos químicos.

Los plaguicidas organoclorados son un grupo de compuestos ampliamente utilizados y que  una vez que ingresan en el cuerpo humano, se acumula en la grasa acumulando su toxicidad con el tiempo. Están asociados a síntomas de desarrollo muy lento ocasionando sintomatologías de muchas enfermedades crónicas. Algunos de estos síntomas son: dolores de cabeza, inflamación de articulaciones, fatiga crónica, alteraciones en el sistema nervioso, mareos, problemas respiratorios, cáncer, daños reproductivos.

Otro grupo de pesticidas son los plaguicidas organofosforados. Es son potentes neurotóxicos que pueden afectar gravemente al desarrollo neurológico del feto y de los niños, disminuyendo las capacidades motrices, memorística y de aprendizaje y se vincula también con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.

La EFSA (European Food Safety Authority), y de USDA (United States Department of Agriculture) así como el de otros muchos organismos elaboran informes de listas de frutas y hortalizas contaminadas por estos compuestos químicos. La mayoría de nuestras frutas y verduras llegan contaminadas al consumidor. El Instituto Nacional de los Países Bajos de Salud Pública y Protección Ambiental (RIVM, 1992) llegó a la conclusión de que «el agua subterránea está amenazada por los plaguicidas en todos los Estados europeos. Es decir, tenemos un problema generalizado.

Una experiencia personal que me dio que pensar:

Yo no tengo capacidad para hacer estudios científicos serios, pero mi percepción es que claramente el problema va en aumento y puedo dar testimonio de mis resultados para que cada cual los valore como le parezca oportuno.

Me decidí a escribir este artículo como consecuencia de un incidente en uno de mis cultivos para acuariofilia. Concretamente se trataba de un cultivo de Drosophila melanogaster, también conocida como mosquita del vinagre o mosca de la fruta. Yo, a tal fin, vengo usando desde hace mucho el plátano porque me resulta bastante cómodo y desde hace algunos años vengo lavando el plátano antes de usarlo para ese propósito porque ya tuve problemas años atrás. De joven tambíen cultive estas moscas y no hacía falta ninguna precaución. Las frutas y verduras no venían contaminadas con productos químicos como ahora. Años atrás me percaté de que si no lavas el plátano las moscas se mueren.

Hace tres día me pasaron una variedad de mosca de la fruta que no vuela (detalle que la hace más cómoda de manejar). El caso es que mis Drosóphilas me han durado solo 24 horas.

Las puse con medio plátano previamente bien lavado, como hago siempre para eliminar posibles restos de insecticida. Al día siguiente por la mañana todavía estaban todas vivas y muy activas, pero a última hora de aquella tarde estaban ya todas muertas. No lo podía creer.

He de suponer que ahora usan un insecticida diferente probablemente más potente que el anterior y que ya no se limitan a usar insecticida en la parte externa.

Este nuevo insecticida no se elimina con el lavado así que probablemente penetre dentro del plátano. Quizás se trate de un insecticida absorbido por la raiz de la planta o alguna otra barbaridad dado que las frutas se consumen crudas.

Eso es lo que sospecho porque lave la cáscara a conciencia. Lo sospecho pese a que me parece una irresponsabilidad porque significa que nos hacen comer insecticida pero después de las noticias sobre la falta de control alimentario en los productos cárnicos, tampoco me puedo sorprender demasiado.

Yo por ejemplo para cultivar infusorios para mis alevines ya tampoco puedo usar el tradicional método de cojer la hoja externa de una lechuga sin lavar y dejarlo en agua. No sale nada. Yo recurro a mi acuario como fuente de infusorios primaria para hacer cultivos.

Lo cierto es que la mosquita de la fruta se puede convertir en un test casero para detectar residuos de pesticidas en frutas y verduras.

Espero que la OCU tome nota de esta amenaza a nuestra salud y haga sus análisis. La administración parece que no hace gran cosa.

 

Mejor prevenir:

Una buena parte de nuestra legislación alimentaria española tiene su origen en una intoxicación masiva por aceite de colza en 1981. La enfermedad afectó a más de 20.000 personas, ocasionando la muerte de unas 330 personas. Es muy posible que el uso inadecuado de pesticidas en alimentos esté pasando una factura altísima en nuestra salud, pero las muertes por fallecimiento de una enfermedad crónica con una causa desconocida, no despiertan ninguna reacción de alarma.

Esperar a que ocurra una barbaridad no es una opción.

La falta de transparencia:

Actualmente no sabemos lo que comemos y cada vez aparecen más enfermedades raras.

La fruta, y otros alimentos no vienen etiquetados con información completa de aditivos. Esto solo hacen para los alimentos que pasan por una fábrica y que se venden envasados. Carecemos de información sobre los compuestos químicos que la acompañan y de año en año la cantidad de productos químicos usados en frutas y verduras parece estar aumentando ante el aumento de la competitividad y de la absoluta falta de control.

Las lechugas, los tomates las manzanas, etc, duran ahora mucho más en nuestras neveras de lo que duraban hace años. Son frutas y verduras con un aspecto estupendo. Duran muchísimo, pero me preocupa que usen insecticidas que no se marchen con el lavado porque así es imposible evitar ingerirlos. Frutas y verduras son alimentos que se consumen sin cocinar. Por ese motivo los residuos deberían ser eliminables por un simple lavado. Como en tantos asuntos, la opacidad y la falta de control pueden terminar en algún incidente serio que nos haga reflexionar.

Yo me hago algunas preguntas:  ¿Corremos más peligro comiendo melocotón o piña en conserva que su equivalente en fruta fresca? ¿Es más sano comer alimentos enlatados que frutas y verduras crudas?

Tengo muy claro que antiguamente la respuesta correcta era que indudablemente es mucho más sano comer frutas y verduras frescas, pero hoy en dia ya no lo sé. Carezco de información sobre los compuestos químicos nocivos que se están acumulando en mi grasa corporal y la relación que puedan tener con mis enfermedades crónicas presentes y futuras.

 

Anterior

¿Llegaremos a entender los riesgos de usar cierto tipo de energías sucias?

Siguiente

CAO-7 Comentando sobre el entorno de desarrollo de Arduino y de algunas de sus librerías.

2 comentarios

  1. Carlos

    Enhorabuena por tu blog Antonio.
    Soy bastante escéptico en cuanto a las bondades de la agricultura ecológica, pero parece que tu intuición sobre la mosca de la fruta es buena:

    http://well.blogs.nytimes.com/2013/04/17/is-organic-better-ask-a-fruit-fly/?smid=tw-nytimes

    Aprovecho para felicitarte por tus vídeos sobre acuariofilia.

  2. Antonio Castro

    Carlos gracias por el enlace.

    Yo he sido también bastante escéptico con las bondades de la agricultura ecológica pero seguramente me dejé llevar por mis prejuicios debido a la gente que lo defendía y a la forma en que lo hacían. Hay demasiado fan del ecologismo que con sus afirmaciones exageradas y gratuitas hacen más daño que bien. No me gusta que se me impongan ideas sin datos contrastados que las avalen. La ecología es una ciencia, el ecologismo no lo es.

    Lo cierto es que ahora soy yo el que piensa que los cultivos tradicionales están abusando de la química y que existe una opacidad inadmisible en torno a lo que ingerimos y como repercute en nuestra salud a más largo plazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Funciona con WordPress & Tema de Anders Norén