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Categoría: Historia de la biología

La búsqueda del origen de la vida. (Divulgación)

Tratándose de un tema trascendental, la respuesta a esta pregunta ha estado siempre envuelta en toda clase de prejuicios y polémicas. Sólo el rigor científico ha permitido ir avanzando con paso firme en la dirección de acercarnos paso a paso al conocimiento de ese origen, descartando por el camino toda clase de propuestas mitológicas sin fundamento.

Este artículo es un relato de la búsqueda del origen de la vida, desde los primeros momentos en que se adoptó un mínimo de rigor científico, hasta nuestros días. De la historia de la ciencia y de sus numerosos avatares en persecución de la verdad, se puede aprender mucho. La historia de la ciencia nos enseña a ser humildes que no es poco.

Un poco de historia:

Las primeras idas sobre el origen de la vida hoy nos parecen absurdas. Por ejemplo la generación espontánea que postulaba que algunos organismos, tales como larvas de moscas, o incluso ratones,  podían aparecer sin más.

Francesco Redi (s. XVII):

Francesco Redi

Francesco Redi

Demostró que las larvas de mosca no segeneraban espontáneamente a partir de la carne en putrefacción.

La creencia en la generación espontánea era muy fuerte.  Redi puso carne y pescado en frascos abiertos y en frascos tapados observando que sólo salían moscas en los destapados.

Ante el escepticismo de la gente, repitió el experimento con carne y pescado, usando esta vez  un frasco cubierto con gasa; después de un tiempo Redi se fijó y descubrió que las moscas o gusanos dejaban los huevos en la gasa.

La gente seguía creyendo en la generación espontánea, y Francesco Redi se vio obligado a admitir que en ciertas ocasiones sí se podía dar la generación espontánea.

Charles Darwin (s. XIX):

Charles Darwin

Charles Darwin

En su obra El origen de las especies (1859), apuntó al origen de la vida desde un único antecesor común, ya que todo organismo en la Tierra procedía de un organismo anterior menos evolucionado.

Esto afectaba a la idea antropocéntrica de que el hombre era mucho más que un simple animal, y chocó frontalmente contra las creencias religiosas, no sólo de aquella época, sino incluso con algunas ideas fanáticas modernas.

En nuestros días hay gente que aún lo considera una teoría blasfema. Para alguno fanáticos, con esta teoría se niega aspectos de la biblia en su sentido literal, y se pone en duda la existencia de Dios. Desde el oscurantismo fanático se han desarrollado teorías pseudocientíficas, como el diseño inteligente, para ofrecer una visión del origen del ser humano más acorde con la literatura sagrada.

Louis Pasteur (s. XIX):

Louis Pasteur

Louis Pasteur

Demostró en (1860) que los casos que supuestamente se achacaban a generación espontánea, no eran tales. Postuló que los seres vivos, incluidos los microorganismos, proceden únicamente de otros seres vivos predecesores. Que los microorganismos se encuentran por todas partes, y que son los responsables de la descomposición de la materia orgánica. En su último experimento consiguió poner aire en contacto con el caldo orgánico sin que este se corrompiera. Usó para ello un largo tubo en forma de ese, donde logró retener los microorganismos por simple gravedad.

Merece mucho la pena conocer los detalles de los experimentos de Louis Pasteur. Su rigor científico le llevó a repasar los experimentos de sus colegas, pero evitando habilmente los errores cometidos por estos, y que les llevaban a resultados erróneos o dudosos.
Pasteur y la generación espontánea
A partir de este punto, la búsqueda del origen de la vida quedó reducida a resolver la incógnita nada despreciable, de averiguar el origen para un único y primer organismo vivo a partir de materia inorgánica, del cual podrían derivar todos los demás.

La Panspermia:

Meteorito de origen marciano ALH84001

Svante August Arrhenius en 1908: Propuso la Panspermia. La idea que propuso fue que quizás la vida pudo llegar a La Tierra desde el espacio exterior, en forma de algo semejante a esporas resistentes.

ALH 84001, fue un meteorito de origen marciano descubierto el 27 de diciembre de 1984 por una expedición del Instituto Smithsoniano estadounidense en la zona de Allan Hills de la  Antártida. Creó gran controversia debido al descubrimiento de indicios que sugerían la posible existencia de vida unicelular en el planeta Marte.

Buscando la respuesta en la química:

La idea de la infección biológica es muy sujerente, pero desde el punto de vista científico no resuelve el problema del origen de la vida, sino que lo traslada a un escenario diferente. Por otra parte si la vida se originó en alguna parte del espacio, ¿añade algo la idea de que eso en La Tierra no ocurrió igualmente?
Por esa razón se buscó con ahinco una teoría más simple que que hiciera innecesario el origen panspérmico de la vida.

Teoría de  (1924 Oparin y 1928 Haldane):

Aleksandr_Oparin_and_Andrei_Kursanov_in_enzymology_laboratory_1938

Oparin y Kursanov en 1938

Propusieron la teoría que nos explica el origen y evolución de las primeras células a partir de la materia orgánica del medio acuático, producto de la síntesis abiótica de los compuestos presentes en la atmósfera secundaria de la Tierra y por acción de diversas fuentes de energía.

Propuso que la vida podría haber aparecido en el seno de un caldo primigenio rico en materia orgánica y en una atmósfera reductora carente de oxígeno.

Esta poderosa idea inspiró futuros experimentos para sintetizar compuestos orgánicos a partir de compuestos inórganicos.

Se realizaron experimentos químicos con distintas variaciones realizados por diferentes investigadores.

Stanley Miller y Harold C. Urey:

MUexperiment-es

Reconstruyeron en un matraz las condiciones que supuestamente se daban en la Tierra antes de la aparición de la vida. Introdujo en el recipiente de cristal algo de amoniaco, metano e hidrógeno (como en la atmósfera original) y lo llenaron de agua  (como en los océanos). Después, lanzaron pequeñas descargas eléctricas que simulaban rayos primitivos, mientras un calentador mantenía el agua a la temperatura necesaria. A los pocos días, el matraz empezó a llenarse de una sustancia viscosa y rojiza rica en aminoácidos, los ladrillos fundamentales de la vida responsables de la creación de proteínas.

Según sabemos hoy, la atmósfera de hace casi 4.000 millones de años no contenía tanto metano y amoniaco como intuyó Miller, y pudo no ser tan favorable para la síntesis de compuestos orgánicos.

Similares experimentos que introducen variaciones han ido sucediéndose desde entonces, pero ninguno pudo determinar lo que realmente ocurrió en el origen de la vida.

Sidney W. Fox (1912-1998) y sus colaboradores:

Sidney W.Fox

Sidney W.Fox

En 1943 publicó una revisión que sienta los principios de la síntesis y secuenciación de proteínas.

Sus primeros trabajos demostraron que bajo ciertas condiciones los aminoácidos podrían formar espontáneamente pequeños péptidos —el primer paso del ensamblaje de grandes proteínas

Lograron producir microesferas capaces de efectuar reacciones metabólicas, crecer y dividirse.

Incluso llegó a llamarlas protocélulas, dando a entender que la células primitivas podrían haber tenido un origen similar a aquellas  microsferas.

De nuevo la Panspermia:

En la actualidad existe una teoría que ha resurgido con fuerza y que está acaparando un interés creciente. Se trata de la panspermia.
Existen teorías alternativas que hoy en día podrían explicar el origen de la vida, pero aún la ciencia no se ha decidido por ninguna.

Sabemos que el salto de la química a la bioquímica tuvo lugar en la Tierra casi inmediatamente después de solidificarse la corteza terrestre.
Se han encontrado biomarcadores en algunas rocas más antiguas de la Tierra, datadas en unos 3.850 millones de años de antigüedad. En esa época la Tierra estaba continuamente bombardeada por grandes cometas y cóndridas carbonaceas (los objetos más primitivos del Sistema Solar), cuyos núcleos llevan incorporadas gran variedad de moléculas orgánicas del carbono (cianuro de hidrógeno y formaldehído) mezcladas en agua helada .

Michael P. Callahan de la NASA y James Cleaves: (8-8-2011)

Meteorito con nucleo bases.

Meteorito con nucleo bases.

Analizaron recientemente, en el Instituto Carnagie, 12 meteoritos procedentes de diferentes partes de la Tierra, en los que encontraron una gran variedad de nucleobases (los ladrillos de la vida) y compuestos similares llegando a la conclusión de que no eran productos de la contaminación de origen terrestre, y ello por dos razones:

Tres de las moléculas descubiertas son muy extrañas en la Tierra y en palabras del propio Cleaves, “encontrar compuestos de nucleobases que no son típicos en la bioquímica terrestre apoya fuertemente el origen extraterrestre”

También analizaron importantes cantidades de muestras de tierra y hielo pertenecientes a las superficies donde se hallaron estos meteoritos y la concentración de esas moléculas.

Además simularon en el laboratorio las condiciones químicas que se producen en el espacio exterior obtuvieron nucleobases y compuestos parecidos a los encontrados en meteoritos.

Con estos ladrillos de vida, se dispone de un primer paso imprescindible para la síntesis de la vida, pero falta saber como se llega desde estos ladrillos de vida al primer ser vivo, o con características primitivas de vida.

Véase: NASA Researchers: DNA Building Blocks Can Be Made in Space

¿Cuál pudo ser la primera macromolécula con funciones similares a las de la vida?

Comparación: RNA - DNA

Comparación: RNA – DNA

Sabemos que la existencia de la vida está índimamente ligada al material genético que puede ser de dos tipos ADN o ARN.

Todo proceso metabólico incluidas las codificaciones del ADN, necesitan de una molécula, generalmente proteica, que realizará esa función de codificación.

Tanto las proteínas, como el ADN y el ARN contienen información, pero solo el ADN y el ARN son capaces de copiarse a sí mismas. Así que debió ser uno de ellos dos el canditato, sin embargo, el ADN no parece un buen candidato para ser esa primera molécula de vida, porque carece de actividad enzimática.

En el caso del ARN, sí tenemos un posible candidato del origen de la vida. El ARN sería capaz de explicar la transición de la primera molécula sin vida, a algo con las primeras características vitales. Una hipótesis actual para esta transición se denomina el mundo del ARN, un término acuñado en 1986 por Walter Gilbert (1932-), que resume una idea sugerida por Francis Crick en 1968, y que recibió apoyo experimental en 1982 al ser descubiertas las propiedades autocatalíticas del ARN por Thomas R. Cech de la Universidad de Colorado. Estos encontraron que algunos ARN funcionan como enzimas y que pueden sintetizar moléculas de ARN. Se llaman ribozimas.

La hipótesis del mundo del ARN propone que, en la transición del nivel molecular al nivel celular, el ARN pudo haber soportado el origen de la vida pasando evolutivamente por varias fases:

  1. ARN capaz de duplicarse a sí mismo directamente.
  2. ARN capaz de duplicarse a sí mismo directamente y capaz de codificar proteinas.
  3. ARN capaz de sintetizar proteínas que duplicarían el ARN.
  4. ARN capaz de sintetizar ADN y proteínas que duplicarían el ARN
  5. ADN capaz de sintetizar ARN y proteínas que duplicarían el ADN

Una secuencia similar a esta pudo ser el origen de actividad vital difusa en un caldo primigenio de moléculas precursoras de vida. Todo ello ocurrió en ausencia de células.

Con esto no se agotan las hipótesis, un tipo diferente de ácido nucleico, como los ácidos nucleicos peptídicos (ANP) o los ácidos nucleicos de treosa (TNA) también podrían haber sido los primeros en emerger como moléculas autorreproductoras para ser reemplazadas por el ARN más tarde.

¿Existe algo que se asemeje a las semillas de la vida?

La respuesta es afirmativa y os muestro algunos fragmentos de un artículo reciente de Amazings.es dedicado a estos organismos (o casi organismos).

Viroides: una reliquia viviente del mundo del ARN
Por debajo de los virus existe otro tipo de entidades (no me atrevo a llamarles organismos) más simples todavía: los viroides.

A pesar que su nombre sugiere que son una subdivisión o que puedan estar emparentados con los virus realmente no tienen nada que ver, ni a nivel de organización, ni de estructura ni de origen evolutivo.
[…]
Los viroides, al igual que los virus son parásitos intracelulares estrictos, es decir, dependen de la célula que infectan para su multiplicación, pero aquí acaban las similitudes. El virus más pequeño tiene un genoma de unas 1500 bases. En cambio el genoma de un viroide está comprendidos entre 250 y 400 nucleótidos (unas 20 veces más pequeños). El genoma de los virus puede ser de ADN o de ARN de doble hebra o de cadena simple, y a pesar que parasitan la maquinaria celular del huésped, siempre codifican alguna proteína. Los viroides en cambio siempre son estructuras de ARN de una sola hebra, circulares y su secuencia no codifica ninguna proteína. Los virus tienen una cápsida o cobertura, los viroides en cambio son la hebra de ARN desnuda.
[…]
¿Y cual es su origen evolutivo? Pues posiblemente sean descendientes directos de la protovida, es decir, ya existían antes que existieran los primeros organismos y que aprendieron a buscarse la vida como parásitos cuando aparecieron las células primigenias. Actualmente está más o menos admitido que la molécula original de la vida no fue el ADN ni las proteínas ni los lípidos que crearon las primeras membranas.

Posiblemente en la sopa primigenia hubo un mundo donde moléculas de ARN libres eran capaces de replicarse.

Son tan simples que resulta arriesgado atribuirles vida y sin embargo tienen un comportamiento que podría calificarse de vital.

El origen de todos ellos podría estar relacionado ya que cuatro de los viroides cuyas secuencias se conocen hasta ahora tienen similitudes importantes.

Esto me lleva a mencionar otro problema, y es el de la probabilidad de que una secuencia de nucleótidos suficientemente compleja como para que funcione como protovida, sea obtenida directamente por puro azar.

Árbol de la vida.

Árbol de la vida.

Buscando el sentido a un posible origen panspérmico de la vida (una reflexión personal):

En lo referente al origen de la vida, las especulaciones mejor o peor fundadas, han sido la constante en la historia de la ciencia, y a partir de este punto me propongo añadir algunas más sin fundamento alguno por mi propia cuenta y riesgo.  No pretendo otra cosa que explicar la gran trascendencia que en mi opinión podría tener la Panspermia de confirmarse la mera posibilidad de su existencia.

Sólo para entendernos llamemos al comportamiento autoreplicante primitivo como protovida.

En la evolución de los seres vivos, los cambios se van obteniendo mediante la sucesión de pequeños cambios llamados mutaciones, que consisten en la perdida de un trozo de información, en la duplicidad de un trozo de información, en la sustitución de una base por otra, etc. Todo cambios bastante simples que puedn aparecer por puro azar.

Es el valor adaptativo de estas mutaciones, lo que proporciona diferentes direcciones viables a la evolución. Mediante el mecanismo de la selección natural darwiniana se crean árboles evolutivos que amplian la biodiversidad.

En el caso de la obtención de la primera secuencia de ARN funcional de protovida, la cosa no sería tan simple, ya que necesitamos cientos de bases de nucleótidos ordenados en una secuencia muy concreta para que funcione.

A mí este problema me recuerda el generador de programas informáticos que simplemente produce textos al azar hasta obener un programa que haga algo.  ¿Un planteamiento absurdo verdad?

Permitirme que continúe con el símil informático: Imaginemos que tenemos un intérprete de lenguaje python. Un programa sencillo podría ser el clásico Hola_Mundo.py

print «¡Hola Mundo!»

¿Podemos obtener algo así mediante un programa de ordenador que genere código al azar? Estamos ante el clásico problema de explosión combinatoria. La probabilidad de dar con algo útil sería bajísima.

Son 21 caracteres. Contemplando un conjunto de 255 caracteres ASCII, el número de secuencias que habría que ensayar sería: (255)²¹  = 344622627357676135233370016401064897060394287109375

De forma análoga, y salvando las distancias, podemos imaginar algo parecido usando bases de nucleótidos en lugar de caracteres.

El número de secuencias diferentes con una longitud de 250 nucleótidos para un conjunto de 4 nucleótidos diferentes, sería: 4²⁵⁰ = 3273390607896141870013189696827599152216642046043064789483291368096133796404674554883270092325904157150886684127560071009217256545885393053328527589376

Una cifra con 151 dígitos.

El origen de la vida se sitúa hace 4000 millones de años. En segundos serían sólo: 4000000000*365*24*60*60 = 126144000000000000

Una cifra de sólo 18 dígitos.

Es fácil darse cuenta que la probabilidad de obtener una secuencia de ARN aleatoria que dé como resultado un ARN autoreplicante, ha de ser extraordinariamente baja, y en la Tierra esa molécula, de haberse obtenido por puro azar, tuvo que ser encontrada en un el océano en tan sólo 4000 millones de años.

Tratándose un problema donde se produce una explosión combinatoria gigantesca, y ante la ausencia de datos tales como la concentración de nucleobases en los océanos primitivos, resulta muy complicado analizar las probabilidades.

En cualquier caso, si las probabilidades para el caso de la Tierra resultaran desfavorables, a Panspermia permitiría ampliar el plazo de tiempo y el volumen total de la solución original para poder encontrar esa primer molécula de protovida, porque ya no estaríamos limitados al mencionado plazo y espacio terrícola, sino que estaríamos manejando una escala de sucesos en todo el universo.

Cabe la posibilidad de que una vez encontrada esa primera molécula en algún lugar del universo, esta fuera inundando por contagio, todo el universo con moléculas de protovida.

Estas cuando alcancen un planeta viable, comenzarían a mutar y a complicar su secuencia hasta producir toda una biosfera compleja y biodiversa como resultado del proceso evolutivo.

Si damos por bueno el hecho de que se han encontrado ladrillos del material genético en meteoritos, habría que preguntarse si en algún meteorito pudo llegar a nuestro planeta algo más que simples ladrillos sueltos. Una sola molécula de protovida actuaría como la información de una clave secreta para desencadenar rápidamente todo el proceso de la evolución en un planeta con las condiciones adecuadas. Sería una clave formada probablemente por una secuencia con unos pocos cientos de nucleótidos, parecida por su sencillez a un viroide.

Por cierto ¿alguien sabe si los viroides sobreviven en el espacio exterior y por cuanto tiempo? No tengo noticia de que ese experimento se haya llevado a cabo. Los viroides son extremófilos, es decir, sobreviven en condiciones extremas.

La Panspermia nunca sería la respuesta al origen de la vida en el cosmos, pero sí que podría ser la respuesta de como apareció en la Tierra un resultado que de otra forma, habría sido extremadamente improbable.

Aún falta mucho por averiguar, pero cada vez estamos más cerca de encontrar ese instante cero del comienzo de la vida en nuestro planeta.

Enlaces externos:

Bibliografía de Louis Pasteur (divulgación)

Si no sabes lo que significan las palabras rigor científico, te recomiendo la lectura de esta biografía.

Louis Pasteur

Louis Pasteur

La historia de la ciencia está repleta de biografías asombrosas y ejemplares, pero la de Louis Pasteur es una de las más interesantes y una de las que mejor demuestra la fortaleza del método científico. Algo muy importante de recordar en estos días donde algunas ideologías son dadas a promover teorías seudocientíficas sin el menor rigor científico.

Louis Pasteur fue uno de esos científicos modélicos que abrió senderos inexplorados gracias a su metodología de trabajo basada en el rigor, la exactitud y la verificabilidad de los experimentos.

Sus comienzos

Nació en Dôle, Francia, el 7 de diciembre de 1822. En 1845, obtuvo la licenciatura en ciencias, el doctorado en 1847 y un año más tarde comenzó a desempeñarse como profesor de química en la Universidad de Estrasburgo (1848).

Las contribuciones de Pasteur a la ciencia fueron numerosas, y se iniciaron con el descubrimiento de la isomería óptica (1848) mediante la cristalización del ácido racémico, del cual obtuvo cristales de dos formas diferentes, en lo que se considera el trabajo que dio origen a la estereoquímica. Merece la pena detallar este episodio.

El ácido racémico

En 1820 Karl Kestner, fabricante alemán de productos químicos, preparó una sustancia que él creyó ser el anterior ácido tartárico,  pero que no lo parecía. De entrada era menos soluble. Muchos químicos lo estudiaron. Joseph Louis Gay-Lussac llamó a aquel compuesto ácido racémico, del nombre latino del racimo de uvas.

Se comprobó que ambos ácidos tartárico y racémico tenían en su molécula C4H6O6 la fórmula idéntica.

Vio que una solución de sales del ácido tartárico era ópticamente activa, pues desviaba el plano de polarización de la luz y lo hacía en sentido horario (a la derecha o dextrógiro) sin embargo el ácido racémico no lo desviaba.

Un químico de primera categoría, Eilhard Mitscherlich formó cristales con ambas sales anunciando que eran absolutamente idénticas.  Algo no cuadraba y fue Pasteur con solo 22 años quien se atrevió a decir que el experimento podía estar mal hecho y que había que mirar los cristales al microscopio con todo detenimiento.

Comprobó así que en el ácido racémico aparecían los dos tipos de cristales y con un trabajo de chinos separando unos cristalitos dimunutos de otros logró soluciones ópticamente activas en un sentido y en otro (levógiro y dextrógiro) por ello concluyó que la neutralidad del ácido racémico residía en que era una mezcla de ambos tipos de moléculas.

Biot, que contaba entonces con 64 años, se negó a admitir el resultado del joven Pasteur quien se propuso demostrárselo en persona. Biot le llamó para que Pasteur repitiera ante su vista el experimento proporcionando él mismo (Biot) los productos químicos, y reservándose la última fase del experimento para hacerla también él mismo y en ausencia de Pasteur. No sería la primera vez que sus colegas desconfiarían de él, pero a Pasteur la desconfianza no le ofendió jamás. Al contrario le impulsó a dar lo mejor de si mismo. Cuando Biot comprobó que Louis Pasteur estaba en lo cierto se deshizo en alhagos hacia el joven.

Sin duda es una historia preciosa, pero a Pasteur le ocurrieron historias igual de emocionantes en varias ocasiones a lo largo de su carrera, porque A) logró más de una vez resultados soprendentes, y  B) se tomó la molestia en demostrar que los resultados no eran casuales sino causales.

Padre de la microbiología médica.

Louis Pasteur se dedicó a investigar el proceso de la fermentación, ya que aceptó el encargo del dueño de una destilería para estudiar la producción alcohólica por la fermentación de la remolacha azucarera. Luego abordó el problema de la fermentación láctea, tras estudiar el de la alcohólica en los procesos de la elaboración de la cerveza y del vinagre

Estudió también los procesos de fermentación, tanto alcohólica como butírica y láctica, y demostró que se deben a la presencia de microorganismos. El resultado de esta investigación fue que la fermentación era la actividad de distintos microbios que provocaban reacciones químicas específicas, y que la eliminación de éstos anula el fenómeno.

En el caso del vino dio con soluciones tan elegantes como baratas. Recomendó que tumbaran las botellas para que el corcho no se secara (y así no entrara aire contaminado) evitando un dineral en pérdidas a la industria vinícola.

El descubrimiento de estos seres anaeróbicos abrió el camino para el estudio de los gérmenes causantes de la septicemia y la gangrena, entre otras enfermedades infecciosas.

El fin de la teoría de la generación espontánea.

Estos trabajos sobre fermentación también lo llevaron a rebatir la teoría sobre la generación espontánea de la vida, teoría en boga.  Por medio de probetas con cuello de cisne, doblados hacia abajo y después hacia arriba, Pasteur demostró que extractos de carne hervida puestos en ellas, no se pudrían a pesar de que estaban en contacto con el aire: las partículas de polvo conteniendo esporas de organismos vivos «responsables de la putrefacción» se habían depositado en el fondo del cuello de las probetas que pese a no estar herméticamente cerradas no permitían el paso de estos microbios presentes en el aire. Ahora nos parece ridículo pensar que un ser vivo puede aparecer de la nada, pero en la época de Pasteur la creencia firme era justo la contraria. Este experimento no fue sino el colofón de una serie de ellos en los cuales siempre ponían alguna pega extraña. Por ejemplo usar un algodón graso que deja pasar el aire pero no el polvo les parecía sospechoso, y usar el calor para desinfectar el aire entrante en otro experimento les pareció que podía alterar alguna fuerza vital etérea presente en el aire. El fino cuello de cisne fue lo que terminó cerrando todas las bocas. Creo que muchos otros científicos no se habrían tomado tantas molestias en demostrar que tenía razón, porque para ello hace falta estar dotado de uno de los dones más importantes de un buen científico. La modestia.  Si uno no es capaz de convencer a otros el trabajo no está terminado. El método científico se basa en la verificabilidad.  Louis Pasteur le concedió siempre el máximo valor al hecho de poder ser avalado por sus colegas y supo como lograrlo.

La primera vacuna de la historia.

 

En 1881 inició sus estudios acerca del carbunco del ganado lanar, y consiguió preparar una vacuna de bacterias desactivadas. Fue la primera de la historia.

Pasteur desveló también la naturaleza del carbunco, una enfermedad mortal del ganado vacuno. Demostró que este es causado por un bacilo determinado y sugirió que era posible inducir una forma leve de la enfermedad en los animales vacunándolos con bacilos debilitados, lo que les inmunizaría contra ataques letales. Con el fin de demostrar su teoría, Pasteur organizó un bonito espectáculo con tres grupos de ovejas separadas en corrales distintos, empezó inoculando 25 ovejas;  pocos días más tarde inoculó un cultivo especialmente poderoso a otras 25,  y en el tercer corral con 10 ovejas no hizo nada simplemente como muestra de control Predijo que las 25 ovejas inoculadas y no vacunadas morirían.  Eso dejaba unos días de incertidumbre y emoción,  el experimento finalizó de forma espectacular, mostrando a una multitud escéptica los cadáveres.

La vacuna contra la rabia (6 de julio de 1885)

Pasteur ya había desarrollado varias vacunas para algunas enfermedades. Tras experimentar con la saliva de animales afectados por la rabia, Pasteur llegó a la conclusión de que la enfermedad residía en los centros nerviosos: inyectando un extracto de la médula espinal de un perro rabioso a animales sanos, estos mostraban síntomas de rabia. La rabia era una enfermedad incurable en aquel entonces.

Un tiempo después, aplicó esta investigación a un ser humano. La madre de un joven llamado Joseph Meister, que había sufrido graves mordeduras de un perro rabioso, le pidió a Pasteur que lo tratara con su nuevo método, que consistía en una vacuna lograda mediante inoculaciones sucesivas en conejos, de las que obtenía extractos menos virulentos. Durante el tratamiento, que duró diez días, el muchacho fue inoculado con el virus atenuado de la rabia; se recuperó y conservó la salud. Este éxito espectacular tuvo una gran resonancia. Desde entonces, miles de personas se han salvado de la enfermedad gracias a este tratamiento.

Para finalizar

No se me ha olvidado hablar de la pasteurización ni de El Instituto Pasteur, simplemente la biografía de Louis Pasteur es casi imposible de resumir. He procurado resaltar su faceta de científico metódico y genial.

La Epigenética una nueva revolución de la biología.

¿Qué es la epigenética?

La Epigenética ha sido definida de muchas formas.

Una de las definiciones de la Epigenética se refiere la regulación heredable de la expresión génica sin cambio en la secuencia de nucleótidos. El término fue acuñado por C. H. Waddington en 1953 para referirse al estudio de las interacciones entre genes y ambiente que se producen en los organismos.

Riggs en 1996 la definió como el estudio de cambios heredables en la función génica, que no pueden ser explicados por cambios en la secuencia de ADN.

En 2001, tras la finalización del Proyecto Genoma Humano, la ciencia cambió su idea original de que los seres humanos son básicamente lo que está escrito en sus genes . Surgió un nuevo campo de investigación para intentar  descifrar como actúan ciertas modificaciones químicas capaces de regular la desactivación de multitud de genes. Una de ellas es la metilación del ADN.

El mecanismo de la metilación del ADN:

La metilación del ADN es una de las marcas epigenéticas más estudiadas. Consiste en la agregación de un grupo metilo en la base nitrogenada conocida como citosina. En un organismo hay una diversidad de tipos de células, y este tipo de marca epigenética esta asociada a aquellos genes que determinan la identidad de cada tipo celular.

Se ha descubierto que en organismos superiores, a la base citosina se le añade un grupo metilo el cual permite la conformación cerrada de la cromatina que impedirá la lectura del gen. Por lo tanto, un alto grado de metilación se asocia con el silenciamiento de genes que puede ocurrir por efectos ambientales.

El efecto directo del medioambiente es una idea muy antigua que propuso Lamarck y que fue muy desacreditada.

¿Fueron equivocadas las ideas de Lamarck?

Jean Baptiste Lamarck (1744-1829) murió en la miseria y el descrédito por haber defendido la sorprendente teoría de que los caracteres adquiridos por un organismo durante su vida eran heredables.

En lugar de estas ideas se impuso la teoría sintética de la evolución también conocida como neodarwinismo. Esta afirma que el cambio evolutivo está motivado por la variación genética de las poblaciones y por la selección natural. La variación se pensó que surgía exclusivamente por puro azar mediante procesos como la mutación, o por los errores en la replicación del ADN. En otras palabras,  se pensó que la generación de la variabilidad genética, sobre la cual actuaba la selección natural, no estaba previamente condicionada por el entorno. Sin duda fue una idea muy sencilla y suficientemente poderosa como para explicar todo el complejo fenómeno evolutivo.

La ciencia tiende a aplicar el principio de la Navaja de Occam porque suele funcionar muy bien. «Cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta que la compleja». La teoría sintética es muy simple y parecía capaz de explicar todo el fenómeno evolutivo. Por eso se descartó todo lo demás. Pero las cosas podrían no ser tan simples y el puro azar podría estar siendo ayudado por factores epigenéticos.

En otras palabras, ahora sabemos que tanto la genética como la epigenética se heredan, y que cosas que parecieran tan simples como la comida o hacer ejercicio, influyen sobre moléculas que interactúan con el ADN, determinando o no la expresión génica. Esto no debe interpretarse como la constatación de las teorías de Lamarck. El paradigma neodarwinista deberá ser revisado para incorporar los nuevos conocimientos sobre epigenética, pero la incorporación de aspectos lamarckistas requiere prudencia ya que solo es una posibilidad, que antes parecía absurdo, y ahora ya no tanto.

Lamarck puede que tuviera algo de razón por intuición o por casualidad pero en lo relativo a sus afirmaciones sobre la evolución no aportó datos que sostuvieran sus ideas.

Weismann refutó el Lamarckismo con su «barrera Weismann» por la que se consideraba que existiendo dos líneas, la germinal y la somática, no cabría la posibilidad de transferencia de información entre la una y la otra. Malinterpretando a Lamarck desarrolló un experimento que supuestamente refutaba su teoría: cortó el rabo a sucesivas generaciones de ratones para demostrar que sus descendientes no nacían con el rabo cortado.

Lo que ha ocurrido con las ideas de Lamark es que acertadas o no, estas se han considerado durante mucho tiempo como inverosímiles. Considerar el neodarwinismo un mecanismo único, exclusivo y excluyente no deja de ser un prejuicio. La Navaja de Occam, es una guía y se expresa en términos de probabilidad, mientras que la imposibilidad de algo, jamás podrá ser demostrada.

Weismann hizo un experimento demasiado simplista con la única idea de refutar a Lamarck. Aquello sucedió en una época, 1892 donde la ciencia biológica estaba en pañales.

Por todo ello, la puerta que abrió Lamarck, quizás se cerró antes de tiempo, y conviene reabrirla para echar un vistazo con más detenimiento, porque ahora se conocen cambios en los seres vivos producidos por el entorno y que son heredables, cosa que hace veinte años era considerada absurda.

Ni Lamarck aportó gran cosa para defender sus ideas, ni sus detractores para rebatirle.

¿Estaba Darwin equivocado?

Claramente el neodarwinismo, que no es otra cosa que la versión moderna del darwinismo,  podría ser incompleto. El neodarwinismo sin lugar a dudas completa admirablemente la teoría de Darwin en lo que refiere a muchos mecanismos genéticos a nivel molecular, pero de existir fallos en el neodarwinismo no podrían achacarse al propio Darwin que tuvo una actitud prudente. Este se defendió de Weismann (el que amputaba las colas a los ratones) y de Medawar, sosteniendo lo siguiente: «Pero como mis conclusiones han sido recientemente muy tergiversadas, y se ha afirmado que atribuyo la modificación de las especies exclusivamente a la selección natural, me permito hacer observar que en la primera edición de esta obra, y en las siguientes puse en lugar bien visible: ‘Estoy convencido de que la selección ha sido el principal pero no exclusivo medio de modificación’. Esto no ha servido de nada. Grande es la fuerza de la tergiversación, pero la historia de la ciencia demuestra que, afortunadamente, esta fuerza no perdura mucho tiempo».

Se sabía que hay genes para una versión fetal de la hemoglobina y luego otra que se activa para una versión adulta después del nacimiento; a través del control epigenético los genes fetales son permanentemente desactivados en cierta etapa de desarrollo y los genes de adulto son permanentemente activados. También se sabían de la gran cantidad de cambios que ocurren durante la metamorfosis, o como cualquier abeja obrera pudo ser una reina si hubiera sido alimentada con jalea real, pero nada de esto se relacionó con la posibilidad de mecanismos evolutivos.

Hoy en día sabemos de la existencia de muchos experimentos que han servido para comprender que la evolución admite además del neodarwinismo la ayuda de mecanismos epigenéticos.

Algunos experimentos epigenéticos:

La mosca Drosophila melanogaster (mosca del vinagre) en su variedad salvaje, tiene ojos rojos. La variedad de ojos blancos se debe un alelo recesivo (no dominante) de un gen ligado al sexo. En 1998 Renato Paro sometió, durante un breve lapso de tiempo, a una temperatura de 37ºC, a embriones de esta variedad de Drosophila de ojos blancos, cuando en condicionales naturales las larvas se desarrollan a 18ºC. El cambio de las condiciones ambientales hizo que las moscas expresaran el color rojo en sus ojos, y el cambio resultó ser no solo permanente sino incluso heredable durante varias generaciones. Hablamos en este caso de epialelos, ya que no se trata del alelo de ojos rojos normal, que es básicamente irreversible. Además, Paro comprobó que el ADN no había cambiado, es decir, que las moscas de ojos blancos y las de ojos rojos tenían idéntico ADN.

Los ratones agouti son un tipo de ratones cuyo pelo es de color amarillo debido a que fabrican una proteína característica. Pues bien, si estos animales siguen una dieta que les aporte gran cantidad de grupos metilo, esa proteína se fabrica mucho menos y pasan a tener un color marrón. ¡Pero es que además los descendientes también serán marrones!

En un estudio con gemelos homocigóticos, es decir, los que comparten el mismo material genético, se vio que presentan características observables diferentes, y que estas son aún más evidentes a nivel epigenético. En el estudio del grupo de Manel Esteller (2005) también se vio que en los primeros años de vida, los gemelos son genéticamente indistinguibles, pero con el tiempo las diferentes acumulaciones en sus marcas epigenéticas los van diferenciando cada vez más debido a los diferentes estilos de vida (deporte, alimentación, atmósfera, agentes a los que se exponen, etc.).

En una zona de Holanda castigada por la hambruna durante la Segunda Guerra Mundial, los descendientes de los afectados son bastante más bajos que ellos, y este cambio se mantuvo a lo largo de las generaciones siguientes, pese a que estas últimas llevaron una dieta normal.

En 2010 se descubrió que en condiciones sociales traumáticas por guerras, por delincuencia violenta y o por  catástrofes, provocan cambios en la metilación de los segmentos del ADN responsables del sistema inmunitario y de la memoria. Esto se traduce en un empeoramiento de la salud y de la memoria que son heredables.

La importancia de la epigenética en la evolución:

Los cambios epigenéticos (epimutaciones) son de varios órdenes de magnitud más frecuentes que las mutaciones del ADN convencional, pero también a menudo son de corta duración (dos o tres generaciones). Por lo tanto, su importancia para la evolución a largo plazo no es descartable, pero no está nada clara.

Muchas epimutaciones no son aparentemente estables y vuelven a su estado original después de un par de generaciones, pero quizás no ocurra lo mismo en todos los genes. Quizás para algunos genes la estabilidad sea mayor y se necesiten más generaciones para la reversión al estado original.

La pregunta es si una nueva epimutación, para poder mantenerse a lo lago el tiempo, debería tener alguna ventaja evolutiva que permita convertirla en estable antes de perderse de nuevo.

A diferencia de las mutaciones comunes, las epimutaciones no ocurren al azar, sino que muestran preferencia por determinadas partes del genoma especialmente sensibles.

Desde un punto de vista evolutivo los mecanismos epigenéticos ampliarían la variabilidad genética mediante la aparición de nuevos epialelos que pueden ser seleccionados en poblaciones naturales. Además, las variantes epialélicas son potencialmente reversibles y generarían fenotipos más flexibles capaces de adaptarse a situaciones medioambientales cambiantes, algo de esto se ha estudiado en el caso de la hibridación interespecífica en vegetales, pero falta mucha información para poder comprender el papel de la epigenética en la evolución.

Se están planteando muchas preguntas interesantes:

¿La muerte prematura de la oveja Dolly, que se obtuvo por clonación, pudo tener que ver con la acumulación de marcas epigenéticas para la vejez?

¿La sensibilidad al cáncer en el ser humano ha podido ser adquirida de forma heredable por culpa de agentes cancerígenos? Esta pregunta surgió al comprobarse que los chimpancés eran mucho menos sensibles al cáncer que los humanos, pese a que su ADN es idéntico en un 98%. Es interesante comprobar que el patrón epigenético de metilación del chimpancé no solo se diferencia mucho más del humano que el patrón genético, sino que muchas de sus diferencias están asociadas a la diferencia de vulnerabilidad para algunas enfermedades.

Una especie de firma epigenética, que parece indicar con precisión que las células colorrectales son cancerosas. Es decir, avisa de la presencia del cáncer colorrectal. Esta firma epigenética fue identificada por un equipo de investigadores de la Case Western Reserve University School of Medicine (EE.UU.).

No es casual que muchas enfermedades difíciles de tratar estén relacionadas con la epigenética porque es una rama de la ciencia importantísima para la comprensión de todo el fenómeno biológico y a pesar de ello es muy desconocida por ser muy reciente. Se han descubierto mecanismos epigenéticos en prácticamente todos los tipos de tumores. También en diabetes, en el reuma, en enfermedades autoinmunes, en la depresión, en el alzheimer, en la esquizofrenia o en el envejecimiento. En muchas de ellas durante mucho tiempo se sabía que existían ciertas condiciones hereditarias con un patrón poco claro.

Los interrogantes ante la apertura de esta nueva puerta del conocimiento de la epigenética se amontonan sobre las mesas de trabajo de los científicos.

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